El Dolor Menstrual NO es Normal

Dolor Menstrual

El siguiente artículo está escrito por nuestra experta Marina Pérez, fisioterapeuta y osteópata especialista en ginecología.

El dolor menstrual, aunque sea frecuente, no es normal. Durante el período de sangrado, es normal o fisiológico percibir molestia en la zona abdominal baja, como consecuencia de la contracción uterina, responsable del desprendimiento y eliminación del endometrio. El dolor durante la menstruación es una alteración, y se denomina dismenorrea. Existen dos tipos de dismenorrea, la primaria (en ausencia de patología) y la secundaria (como consecuencia de una patología).

En esta entrada, hablaremos sobre la dismenorrea primaria.
Este dolor menstrual en ausencia de patología es uno de los trastornos ginecológicos más frecuentes en mujeres.

Esta afección condiciona el día a día de muchísimas de ellas, cuya planificación mensual gira en torno a la llegada del sangrado.

El dolor menstrual en la dismenorrea primaria aparece normalmente durante la menstruación, localizado a nivel del abdomen, zona lumbar e incluso a nivel de los miembros inferiores. Generalmente va asociada a hinchazón abdominal, pesadez, retención de líquidos y alteraciones digestivas.

¿Por qué ocurre el dolor menstrual?

Durante el ciclo menstrual, el crecimiento del endometrio hace que el útero aumente de tamaño, generando inflamación y edema. Este aumento de tamaño produce una compresión de los tejidos vecinos, incluidos los vasos sanguíneos, que dan lugar a una isquemia (falta de vascularización y oxigenación en los tejidos). Este es un proceso fisiológico, pero existen situaciones en las que tu cuerpo no tiene capacidad de gestionar y solucionar la inflamación.

Causas más frecuentes de dismenorrea primaria

Desequilibrio de prostaglandinas

Las prostaglandinas son sustancias encargadas de controlar la inflamación. Son sintetizadas a través de los ácidos grasos que ingerimos en la dieta, por lo que el control de nuestra alimentación es muy importante.

Existen dos grandes grupos de prostaglandinas: las que aumentan la inflamación y las que la disminuyen. Ambas son necesarias, porque el proceso inflamatorio es imprescindible para nuestra salud, pero también ambas deben estar en equilibrio, para evitar procesos inflamatorios exacerbados.

  • Las prostaglandinas proinflamatorias se sintetizan a partir del omega-6 presente en alimentos como la carne, embutidos, procesados, aceite de girasol...
  • Las prostaglandinas antiinflamatorias se sintetizan a partir del omega-3 que encontramos en el pescado azul, semillas de lino, chía, nueces...

Obviamente, un aumento de concentración de las prostaglandinas proinflamatorias contribuye a perpetuar la inflamación fisiológica.

Trastornos musculoesqueléticos y viscerales

El útero posee una capa muscular (denominada miometrio) que se contrae para lograr el desprendimiento del endometrio durante la menstruación y, para llevar a cabo esta función, necesita tener libertad de movimiento. El útero es una víscera que se relaciona con múltiples estructuras como la pelvis (compuesta por los ilíacos y el sacro), la columna vertebral, ligamentos, músculos, fascias, etc. Todo este sistema debe estar en equilibrio para que la posición y el movimiento uterino no se vean afectados.

Si existe rigidez en nuestra pelvis, musculatura o en los ligamentos que unen el útero y las demás vísceras a los huesos pélvicos, al útero le costará un poco más moverse. Las posibles causas de esta rigidez incluyen:

  • Tensión en la musculatura del suelo pélvico
  • Desequilibrio muscular, sobre todo de glúteos, abdominales y suelo pélvico
  • Pérdida del movimiento pélvico
  • Rigidez a nivel de la columna lumbar
  • Pérdida de movilidad o inflamación de las vísceras vecinas, como la vejiga o el intestino
  • Aumento de la presión intraabdominal, por ejemplo, por procesos intestinales inflamatorios

Para evitar esto es imprescindible hacer deporte y mover la pelvis. Puedes realizar:

  • Flexibilización de la pelvis. La mejor forma es a través de estiramientos o practicando danza del vientre (¡esta es una buenísima opción!).
  • Trabajar el equilibrio muscular a través del pilates, yoga o hipopresivos.
  • Trabaja tus glúteos. ¡Una forma muy fácil es subir siempre usando las escaleras!

Consulta con un fisioterapeuta o un entrenador especializado siempre que lo necesites.

Otras causas del dolor menstrual

En muchas ocasiones, existen varios factores como el estrés o la falta de sueño, que por sí mismos o unidos a los anteriores, condicionan la presencia de dolor menstrual. Para ello, puedes ponerte en manos de un psicólogo que te ayude a solucionar este tipo de problemas.

Concédete un momento para reflexionar y ser consciente sobre esto, sobre por qué todos los meses aparece dolor menstrual. Puedes comenzar por hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Tengo una buena alimentación?
  • ¿Hago suficiente ejercicio?
  • ¿Paso demasiado tiempo sentada o en la misma posición, por ejemplo, en el trabajo?
  • ¿Descanso bien y lo suficiente?
  • ¿El estrés se está apoderando de mi?

Si quieres conocer más sobre nuestra experta Marina Pérez, haz clic aquí. También puedes contactarla a través de sus redes socialespor correo electrónico a endofemclinica@gmail.com.

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